Desde la capital del Atlántico emprendieron el camino a pie –los días que no tuvieron suerte– y –otros días– encaramados en las tractomulas que les quisieron “dar el aventón”. Como Paola y Eliomar, son miles los venezolanos que atraviesan Colombia a diario para cruzar a Ecuador. Ipiales se ha convertido en una especie de embudo por el que confluye gran parte del flujo migratorio que retrata el éxodo masivo de ciudadanos del país vecino que huyen de la crisis económica, política y social. La consultora venezolana Consultores 21 estima que, desde que Nicolás Maduro asumió la presidencia en 2013, cuatro millones de personas han abandonado el país.
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