or: Barranquilla.
25 de junio 2019 , 02:40 p.m.
Aurora Vargas atendía sin novedades el puesto de frutas que hace un año tiene en la esquina de la carrera 38 con la calle 60, en el centro de Barranquilla, cuando de repente se abrieron las puertas de la entrada a emergencias de la clínica La Merced, donde el pasado lunes festivo se presentó un incendio que ameritó la evacuación total de la edificación de ocho pisos de altura.
Eran las 10 de la mañana, y la primera persona en ser evacuada por esa puerta, frente a la vista de Aurora, fue una mujer de servicios varios que se había desmayado tras inhalar humo y de inmediato fue subida a una ambulancia que la trasladó a otro centro de salud.
Así transcurrieron varios minutos, en medio del rescate de pacientes y trabajadores de la clínica. Refiere Vargas, nacida en Bogotá, que le tocó presenciar la salida de niños de distintas edades, muchos de los cuales se quedaron en las aceras mientras eran ayudados por médicos y enfermeras.
“No sabía lo que estaba ocurriendo y me asusté mucho. Solo se escuchaban las sirenas de las ambulancias y los carros de bomberos mientras yo me quedé atónita”, recordó.
La mujer agrega que, en medio de su angustia, perdió de vista a Arley Ortega, su hijastro de 21 años, quien le ayuda en la venta de las frutas.
El joven, sin pensarlo mucho, ingresó a la clínica y de piso en piso fue ayudando en el plan de evacuación.
Arley, explicó que la emergencia no le dio tiempo de planear lo que iba a ser y el impulso lo llevó hasta adentro de la clínica donde, en medio del humo, a la primera persona que vio y que pudo ayudar a salir fue a una joven que estaba anestesiada porque iba a ser operada.
Según Ortega, esta estaba en una silla de ruedas, por lo que decidió cargarla y sacarla al exterior.
“Seguí subiendo y me doy de frente, en las escaleras, con dos enfermeras que traían a un muchacho al que le habían amputado una pierna. Casi se caen, pero ayudé a sostenerlas. Luego seguí a la zona de incubadoras, donde sentí el llanto de un bebé que no podía ver porque estaba cubierto por una sábana. Fue hasta que se movió cuando pude verlo y cargarlo y entregárselo a una enfermera”, describió Ortega.
El joven ayudó a más personas a ponerse a salvo, incluso bajó unos pisos a buscar una bala de oxigeno que un paciente necesitaba para poder ser trasladado.
“Cuando vi de un cuarto a un bombero casi asfixiándose por el humo, le pedí su hacha y rompí varios vidrios para que la gente pudiera respirar", sostuvo.
Aurora Vargas y su hijastro, Arley Ortega, fueron testigos de la emergencia. El joven ayudó a socorrer a varias personas.
Foto:
Andrés Artuz Fernández/EL TIEMPO
A la vuelta, en el otro lado de la clínica, en la calle 61, Ángel González, oriundo de Maracaibo, Venezuela , quien atiende un puesto similar al de Aurora Vargas, coincidió con que fue las 10 de la mañana cuando se presentó la emergencia.
González fue testigo de la aparición del humo en la primera planta de la clínica y de cómo este fue subiendo a cada piso causando pánico a pacientes y trabajadores.
Asegura que lo que más le angustió fueron los momentos en los que algunas personas comenzaron a romper vidrios y a gritar que se iban a tirar al vacío porque no podían respirar.
“Les decíamos que no lo hicieran y por fortuna nadie lo hizo. A los 10 minutos llegaron los bomberos y comenzó la evacuación.
El capitán Jaime Pérez, comandante del cuerpo de bomberos de Barranquilla, ponderó la reacción de los organismos de socorro y dio un parte de tranquilidad sobre el estado en el que quedó la clínica.
Foto:
Andrés Artuz Fernández/EL TIEMPO
El capitán Jaime Pérez, comandante de los bomberos de Barranquilla, visitó la clínica en la mañana de este martes y estableció que aún se desconocen las causas que iniciaron la conflagración.
Sin embargo, el oficial ponderó que la edificación haya quedado casi intacta, dado que el fuego solo se concentró en el sótano de la clínica.
“Atacamos el fuego de inmediato y en 10 minutos lo habíamos apagado. Debo ponderar la solidaridad de las personas que quisieron ayudar aunque a veces se exponen a situaciones para las que nosotros estamos entrenados. Creemos que en cuatro días la clínica podrá volver a funcionar y es cierto que a veces la fuerza de la candela borra cualquier evidencia que nos diga qué pudo ocurrir”, advirtió.
En total fueron 40 hombres de los bomberos más personal de la defensa civil los que ayudaron a atender la emergencia que, por fortuna, no dejó pérdidas humanas.
Cuatro máquinas de bomberos, dos carrotanques y dos máquinas de rescate en altura fueron utilizadas en el operativo que se prolongó durante hora y media y en el que fueron evacuados 203 pacientes.
La gerente de la clínica La Merced, Aixa Garrido, confirmó que el incendio se generó en el sótano de la torre B de la clínica, y descartó que fuera en la subestación eléctrica o en los ascensores.
De manera preventiva la máquina 25 del cuerpo de bomberos permanece sobre la carrera 38 para ayudar en cualquiera requerimiento que solicite la clínica.
BARRANQUILLA.
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